viernes, 18 de abril de 2014

El sabio y el anillo

Cuentan las viejas leyendas, que una vez, estando un viejo sabio caminando por las calles de Bagdad se encontró con un joven muchacho que le miraba con admiración desde una escalera de piedra. No habiéndose decidido el joven a abordar al sabio, este se acercó a él.
- ¿Qué es lo que te inquieta hijo mío ? - preguntó el sabio.
- Lo que me inquieta, ¡oh bondadoso benefactor!, es un problema harto difícil de solucionar y que tiene que ver más con la noche que con la ley del día.
Verás, yo , aquí, donde me ves, soy hijo de una rica y caritativa familia. 
Un día habiendo refugiado durante la noche a un peregrino, este nos hizo un humilde regalo, en apariencia. Era un anillo pequeño y de poco valor. ¡Cual sería nuestra sorpresa al ver que en la noche, esté creó otros seis anillos! Además estos, a diferencia del original, estaban ricamente ornamentados. Pero las gracias que no provienen de Alá, suelen atraer la maldad hacia el que las recibe. Un día, estando nosotros hablando del portentoso anillo, un visir, ¡serpiente codiciosa!, nos oyó y nos pidió un tributo extra. Los tributos fueron superando a la cantidad de anillos producidos diariamente y mermando nuestras riquezas. Hoy, mi familia es pobre, tanto, que el tributo que nos pide es la entrega del anillo original 
- ¿Qué habríamos de hacer ? 
El sabio, se rasco la barbilla, meso su barba y contestó: 
- Te ayudaré, pero antes te contaré una vivencia de mi juventud para que te sirva de ejemplo.

Continuará......

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